Quiero que las personas que practiquen en mis clases descubran un espacio para honrar su experiencia corporal, encontrarse en su propio cuerpo y habitarlo en plenitud.
Descubrí el Yoga en un período de mi vida donde sentía un ahogo en mi interior, que me costaba describir y entender. Esto se sumó aldeseo de moverme que empezó a nacer en mi cuerpo. Comencé a practicar distintos estilos de danza, y a veces, durante las clases, practicábamos una serie de posturas corporales. Esos movimientos me hacían percibir que el tiempo se suspendía, y que mi cuerpo se volvía el centro de mi consciencia, más allá de su apariencia, sus roles y sus expectativas. Más tarde descubriría que esas acciones eran pequeñas secuencias de Yoga y ejercicios de Somática, que me llenaron de curiosidad, y me llevaron a explorar cada vez más sobre estas artes contemplativas.
Llevo 8 años haciendo clases grupales, clases particulares, conversatorios, talleres, ciclos y sesiones especiales de Yoga. Para transmitir la relevancia de hacerle un espacio en la vida al propio cuerpo y permitir que se exprese en plenitud, he creado actividades específicas centradas en la salud mental, el bienestar del sueño y la respiración, abiertas a todo público. Me gusta también difundir la práctica del Yoga en distintos espacios, con el fin de abrir posibilidades de autocuidado en grupos humanos diversos. Momentos como la sesión de sueño y descanso en la minera Freeport, el día del Yoga para Tata Motors y la entrevista en AstroAmigas me han permitido compartir en diferentes comunidades el potencial transformador del cuerpo que habita cada persona. Y hacer visible que, detenerse a reconocer la vida que respira en el interior, puede transformar la perspectiva sobre la vida para siempre.